Son las 6 y 15 de la mañana del primero de noviembre. Anoche empezó la nieve, el cielo se adornó de bolas de algodón que luego adornaron a los árboles, la grama, los techos de las casas y le pusieron gorritos a los automóviles estacionados. Las plantas que nos regalaron sus colores en el verano, ahora con sus ramas desiertas de hojas y pistilo se dejan seducir y atrapar por la visitante blanca que se quedará entre nosotros si el astro rey decide no asomarse con su fuerza. Quiero empezar señalando el apoyo incondicional de tant@s amig@s canadienses y de otras nacionalidades, no he olvidado a propósito a l@s l@s hondureñ@s, salvadoreños, nicaragüenses, chilen@s, venezolan@s, cuban@s y a tant@s herman@s latinoamerican@s y de otras nacionalidades que de una u otra manera nos han tendido su mano solidaria.
Ayer pude hablar por teléfono desde Guatemala con Saulito y mi hermana Deby. Me agradó mucho saber lo de la graduación de Javier y Saúl Ernesto y por el lado de la familia de Jenner las de Eva y Marcos. El hecho de saber de que mi papá se mandó con sus palabras que otrora engalanaban los eventos de cultura en el querido Valle de la Esmeralda San Pedro Sacatepéquez en San Marcos. Los discursos de mi papá eran tan elocuentes, pues tenía una facilidad para dirigirse al público. H ablando de la elocuencia de mi papá y su facilidad de hablar por micrófono me hace recordar la fecha de hoy en las tradiciones de algunos países latinoamericanos o sea el famoso Día de los Santos Difuntos. Hoy en varias comunidades se está desarrollando una gran celebración, algunas familias ya se habrán dirigido hacia los cementerios para ir a dejar las ofrendas florales, algunos llevaran sus jarros con agua, las famosas coronas de flores naturales o artificiales, en algunos casos la comida y bebida que pondrán en la tumba de sus santos difuntos que se nos han adelantado y se han ido al otro mundo. Hoy si estuviera en Guatemala le iría a poner las coronas y flores a los panteones donde están mi madrecita recordada, a Willie, Fredy, a los abuelos Virginia, Olegario, Juana de Dios y Pablo de Jesús a mis suegros, a Emma, y demás familiares. La tradición del día de Santos me recuerda además de los familiares y amigos que han fallecido el amor de mi papá y otros profesionales y obreros sampedranos por el fútbol. Pues los días 1 y 2 de noviembre hace muchos organizaban maratones radiofónicas para la construcción del estadio municipal de San Pedro. En ese entonces parecía una tarea imposible de realizar, pero, con algunos problemas se empezó la anhelada construcción. Los locutores, técnicos y los voluntari@s que participaban en ese evento de 24 horas de duración, tenían que llegar al menos a las 2 o 3 de la mañana, hasta las 10 de la noche durante los dos días. Cada año se recaudaba una gran cantidad de dinero. Poco a poco las paredes iban subiendo, se le pusieron las puertas, luego, se trató conjuntamente con la corporación municipal de mejorar el sistema de drenajes, pues cuando jugábamos partidos la cancha se anegaba de agua y como el suelo era de barro, parecía pista de patinaje. En fin el estadio mejoró y ahora que he tenido la oportunidad de ver en la internet me agrada ver que además del graderío que ya existía cuando vivía allí ya se ha mejorado y se cuenta hasta con una tribuna y un buen engramillado. A mí me toco jugar una vez un partido un tanto arriesgado. Dentro de mis problemas de salud, hace años me hicieron una laparotomía exploratoria, me dejaron la barriga rajada completamente. Bueno, para no salirme del tema, a los dos meses después de haberme hecho esta famosa operación me tocó jugar un partido en una tarde lluviosa, para ir a jugar me tocó vendarme, era una tarde de domingo más o menos 4 de la tarde, la lluvia caía copiosamente, la cancha estaba muy resbalosa, así en esas condiciones me tocó jugar, cada vez que la pelota se me acercaba trataba de evadirla o evitar que alguien se me barriera, porque hoy no sé si les estuviera contando esta historia. Cuando terminó el partido todos los compañeros de equipo sintieron un gran alivio, pues creían que era una locura que con una herida de 35 puntos me había atrevido a jugar ese partido.
Vean la ironía de la vida, mi papá y los otr@s soñadores probablemente no jugaban este deporte, pero soñaban que los jóvenes lo hicieran y entre ellos estábamos los hijos de uno de los emprendedores que utilizaban las instalaciones que est@s soñadores añoraban verlo concluido. No voy a profundizar en el tema, pues en el inicio de esta enfermedad, después de que removieron el tumor que estaba localizado en el tubo pancreático y en los momentos de que se complicó mi salud con lo de la fístula y las infecciones, durante las noches que tampoco podía dormir les escribí algo al respecto, por lo que les voy a dejar acá este tema para pasar al tema de mi salud.
Yoly estuvo buscando en las farmacias la receta que me dio el oncólogo para calmar el dolor. Los famosos parches para calmar el dolor que no me había dejado dormir más de 3 horas en dos días seguidos se habían evaporado de las farmacias y no se hallaban en ningún lugar. Gracias al consejo de un farmacéutico, Yoly se fue a buscarlos a la farmacia del hospital general donde los encontró. A las diez de la noche del viernes me puso el primero y que tendrá una duración de 72 horas. Esa noche que me lo puse dormí como cosa rara 7 horas, me desperté a las 6 y ½ de la mañana y a las 9 me volví a dormir otras 2 horas. Este descanso era ya más que necesario. El dolor se me calmó un tanto, ayer solo me tomé 2 pastillas de 2 gramos de morfina sintética y los dolores se controlaron mejor con el nuevo medicamento. Por la tarde pude acompañar a Yolanda a una visita que tenía con una colega de trabajo. Aunque últimamente no tengo deseos ni de ir al centro comercial o al banco para hacer diligencias ordinarias. La visita de ayer me levantó la moral pues hablamos con la Dra. A quien fuimos a visitar sobre el caso del amiguito guatemalteco Ivancito quien padece de una enfermedad de la piel. Le comenté que el proyecto de ayudar a Ivancito a conseguir el tratamiento adecuado ya sea en Cuba o acá en Canadá será un sueño que quisiera dejar cumplido. La Doctora además de colega de Yolanda es amiga de la familia, prometió buscar ayuda con un dermatólogo, trataremos de conseguir toda la información y en el inicio veremos la posibilidad de utilizar la tecnología, probablemente vía skype para ver si se puede hacer un caso telemedicina y procurar la fórmula para conseguir los fondos para el tratamiento que resulta muy caro. Además del caso de Ivancito estamos viendo la posibilidad de conseguir ayuda para la CCDA, especialmente con lo de la búsqueda de medicina u otro tipo de ayuda que se podría ser útil ahora que la construcción del hospital en Quixayá está por concluir. El día cerró con la visita de las hermanas Dolores y Marcela Bautista, Cony, Carlos, Tito, Sandra y Paulita, además de la visita nos trajeron ya preparados los platillos guatemaltecos, como el pepián, tortillas, tostadas de aguacate y el famoso y muy delicioso fiambre. Después de la cena nos fuimos a ver televisión un rato e intentamos dormirnos. A Yoly le costó conciliar el sueño, pero finalmente lo logró, en cambio yo, por más que lo intenté no pude lograrlo. Si mucho dormí una hora o menos de las 4 a 5 de la mañana, me despertó un dolor tipo puñalada en el lado del páncreas, y como ya no pude dormir me vine a mi lugar de descanso, no quería escribir esta mañana, pero no pude resistir las ganas y aquí me tienen tratando de ordenar algunas ideas que están flotando desorganizadamente. Olvidaba comentarles de que la Dra. Me dio una receta para un medicamento que me ha calmado las benditas nauseas que me tenían ya cansado. En nuestra ausencia perdimos las llamadas de los fieles y muy constantes amigos guatemaltecos René Marroquín y Alberto Ramos , la de Julio de Windsor y la de Jordan desde Montreal.
Gracias a Pierre por el envio del enlace del caso del cantante nicaraguense.
Son las 8 de la mañana la belleza del paisaje que tengo enfrente me da fuerzas para seguir este nuevo día. Gracias a Dios todavía puedo seguir escribiendo y al bajar del libro de la vida, las cosas bellas que tengo, aprovecho de concluir este mensaje con la gratitud tanto a Dios como a la familia, a la familia extendida y a tod@s ustedes que me mantienen en sus oraciones y corazones. La solidaridad, la hermandad y sobre todo la calidad de gente que Dios me ha puesto a mí alrededor me ayudan a seguir con alegría en este mundo.
¡Los amo mucho!
Roberto/Tito/Titin/Robert.