Son las cinco y cinco, no capicúa, porque no estoy para un brinco. Anoche llegaron a Ottawa mi hermana menor Deborita y su amiga Delmi. Las dos visitantes llegaron dos 3 días después del tercer mes del fallecimiento de mi querida mamá. Bueno, cuando pude abrazar a mi hermana, me fundí en un abrazo con mi papá, con mis herman@s, sobrin@s, cuñados, amig@s y tod@s los que me atan al pasado, al presente y al futuro. Que alegre coincidencia pues ayer que llegaron se celebró el cumpleaños de mi papá, en esta misma fecha recibí en el correo, la carta oficial de La Alianza de Empleados Públicos de Canadá (PSAC) con el reconocimiento oficial del Fondo que ha establecido el sindicato en mi memoria. Les comparto que es un honor muy grande. Este homenaje lo quiero compartir con Willie, Fredy, y tod@s mártires y luchador@s que cayeron en el cumplimiento del deber, sobre todo, para aquell@s herman@s que sintieron profundamente que el luchar por un mundo mejor ha valido la pena y será un estímulo para que l@s que en este momento álgido de la lucha enfrentando a la injustica, la opresión, la explotación de la gente sencilla y grande de nuestro planeta. Gracias a tod@s por seguir dándonos apoyo, cariño, solidaridad y por aplicar el verdadero sentido de hermandad. También con la llegada de Deby y Delmi vinieron los recuerdos de la CCDA. Gracias a Leocadio y a l@s integrantes de la CCDA por los recuerdos enviados, sobre todo por los abrazos sentidos y por sus plegarias para que Dios me mantenga un tanto en este mundo. A nombre de Yolanda, Flor de María, Daniel les envió a los miembros de PSAC a las personas extraordinarias que tienen a cargo el Fondo de Justicia Social del Sindicato, especialmente a Louise Casselman y Janet St. Jean y el comité ejecutivo de PSAC presidida por John Gordon.
Sta la membrecía de la organización porque están haciendo el aporte en el logro de tantos sueños y por el esfuerzo de llevar el sindicalismo a niveles de concientización, participación e inmersión en la lucha cotidiana. Además mi gratitud a l@s voluntarios del Proyecto de Education In Action. Café Justicia, BC CASA, mis estudiantes de español, colegas, amig@s, a los compatriotas de la patria Americana, a Sonia Gómez por su colaboración del trabajo de la CCDA y el proyecto de Educación en el programa Punto de Encuentro en CKCU y a tod@s los que conjuntamente me han acompañado a la obtención de este homenaje.
Quiero dedicar un párrafo para agradecer el extraordinario apoyo de la compatriota Vilma Cáceres por haber coordinado la llegada de Deby y Delma, el hospedaje y hasta el viaje de turismo a las Cataratas del Niágara. Gracias Vilma y me voy a tomarme el permiso de comentar de cómo nos conocimos y de la amistad que nos une y la hermandad especial que ha ido creciendo desde cuando nos conocimos en el Hospital Civic y vinieron esprofesamente a conocerme y a visitarnos y darnos su apoyo conjuntamente con su esposo e hija. Nos conocimos creo que en medio de las pesadillas de las famosas alucinaciones de la famosa morfina, con quien no me llevo bien para nada. Esta visita fue en marzo del 2009 cuando recién me habían extraído el tumor del páncreas. Vilma tenía algunas referencias por mi trabajo con lo del café, con mi trabajo con la CCDA. Los amigos Pierre LeBlanc y Judit le comentaron a Vilma sobre mi estado delicado y sin vacilar se vino con su estimada familia a visitarme y conocerme. Pierre y Judit conocieron a Ricardo el hijo de Vilma quien estaba haciendo trabajo en Quixayá, al mismo tiempo cuando Pierre y Judit fueron a visitar las comunidades de la CCDA. Así fue como tuve la gran dicha de conocer a Vilma y familia. Desde entonces hemos venido coordinando eventos, entrevistas, visitas cuando vienen delegaciones de la CCDA. También vale la pena recalcar el apoyo y la solidaridad que Vilma nos ha dado, pues su visita al hospital no quedó así no más, pues de la primer venida, vinieron con su hijo Ricardo a la cena comunitaria del año pasado, y, este año hizo el viaje de nuevo a Ottawa y nos acompañó en la cena comunitaria del 6 de noviembre recién pasado. Debo mencionarles también que cuando fuimos al hospital de Toronto para tener una segunda opinión de mi problema de salud, ella coordinó la visita a Toronto y la bienvenida que nos dieron con Yolanda cuando llegamos allá. En esta visita también tuvimos la oportunidad de conocer personalmente a un gran luchador canadiense que ha venido trabajando con varios grupos en Guatemala Bill Howson, nos busco alojamiento a través del Padre Hernán y Linda McGlade. Bill trabajo con varios grupos en Guatemala incluyendo la CCDA y la Cooperativa Nuevo Paraíso en Petén. Con Bill llevamos ya más de 6 años de estar trabajando conjuntamente al igual que Ken de quien me referiré más adelante, nos conocíamos por la venta del Café Justicia en la escuela Úrsula Franklin Academy, a través de la profesora Oriana Muzzin, también con Bill hemos coordinado las visitas de los miembros de la CCDA en la provincia de Ontario. En esa misma visita Vilma nos llevó a la oficina de otro luchador canadiense Ken MacGuffin quien apoya tres proyectos en Sololá Guatemala. Asociación Maya de Desarrollo, y la escuela secundaria de la comunidad El Triunfo y vende Café Justicia y tiene proyectos con Mujeres en Sololá. No quiero olvidar el antecedente de que esta relación de trabajo con Bill y Ken es producto de la relación con Steve Stewart de BC CASA, el gran visionario que inició toda esta relación. Antes de terminar estas líneas no quiero dejar desapercibido el hecho de que cuando Vilma ha venido a Ottawa los compadres Joan and Jordán Bishop los han hospedado y así han establecido una amistad muy grande. Hablando de homenajes les comparto un aspecto tan bello de Vilma. Vilma recibirá un homenaje muy merecido, pero pensó en mí. Le escribió al grupo que la nominó para expresar su gratitud y en forma muy sincera que le hubiese gustado que a mí me tocara ese honor. Vilma tuvo un gesto extraordinario y el homenaje que ella pensó me lo ha demostrado en vida y en los momentos más difíciles por los que estoy pasando me dio un gran alivio. Pero cuando ella reciba el reconocimiento seguramente sentirá nuestra presencia, nuestra felicidad y estaremos celebrando aún en la distancia.
Mis sinceras felicitaciones para usted y su familia, porque sin duda, sin el apoyo de Dios y de la familia no seriamos capaz de hacer lo que se ha podido bregar en este mundo.
Que Dios le multiplique los esfuerzos a Vilma y que su lucha siga trascendiendo cada día.
Roberto
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