Ayer jueves 17 de febrero, llovió en Ottawa. Una parte de la nieve acumulada durante el invierno continuó el sagrado ciclo del agua; los elementos danzaron enigmáticos y ciertos. Ayer Roberto abandonó su cuerpo y continuó su flujo natural. En la tarde, pasé como una hora junto a su cuerpo, hipnotizado por la calma de su cuerpo, mientras sentía la presencia indudable de su espíritu, que lo colmaba todo. Al contemplarlo, a veces tenía la impresión que su vientre se alzaba, apenas, para luego descender, apenas.
Es el flujo de la vida. La muerte es parte imprescindible de esta. La danza cósmica de la existencia en estos planos es la danza paritaria entre la vida y la muerte, un flujo constante de idas y venidas, finales de ciclo y renacimientos.
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Luego estuvimos con Luisita, Janet, Carlos, Sheila, Glenda, Marcela, Laura acompañando a Roberto, acompañándonos unas/os a otras/os. Recordando la alegría con la que Roberto nos mantuvo todo el tiempo.
Algún momento, en la tarde, Janet dijo “tengo esta canción en la cabeza que la tengo que cantar”, mientras las siluetas en el cuarto de Roberto iban cambiando de formas y posiciones, con el sol estival que caía. Janet dio que la canción se la había enseñado Roberto y que iba algo así: “cra, cra, cra”. Sonreímos. Luego nos dimos cuenta de cuál era la canción y reimos con franqueza y humildad. Era Roberto que saludaba a Janet, que nos saludaba a todas/os las/os que estábamos ahí ¡con una canción! Tan típicamente Roberto. La canción era: “el alacrán, crán, crán, el alacrán, crán, crán, ay! Te va a picar…” Alguna vez Roberto me contó de este episodio con las/os hermanas/os que viajaron a Guatemala, entre ella/os Janet y Glenda. Corroboramos que esa era la canción y dentro nuestro supimos que nuestro Roberto seguía con nosotros, cantando, jugando, con su voz de tempestad caribeña deshaciéndonos los esquemas.
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En otro momento me tocó estar en el cuarto de Roberto cuando Daniel, con gran integridad y amor indescriptible rasuró a su papá, mientras sus ojos le decían mil cosas. Fue un momento muy emotivo para mí, de gran ternura entre padre e hijo. Me conmoví muchísimo y aseguré a Roberto que hicimos bien en estas vidas, al ver a Flor (su nombre lo dice todo) y a Daniel como universos propios, prestos a emprender sus vidas, llenos de amor, marcados desde sus nacimientos por la semilla fuerte y sana de este mi hermano.
Con Daniel nos dimos rápidamente la mano y no nos dijimos nada. Sólo nos sostuvimos la mirada por un momentico, seguros de que a veces las palabras ocultan más que develar. No necesitamos más que esto. Creo que Daniel sabe que puede contar conmigo en cualquier circunstancia. Se lo prometía a Roberto y pienso ser fiel a esta promesa.
En la noche volvimos a la casa de Roberto con mi esposa y compañera Carola. Nos hizo bien visitar a Roberto y verlo en su tranquilo sueño, sin dolor, sin nauseas, sin vómitos, sin agujas, sin efectos secundarios. Fue el presenciar una mariposa sale de su capullo para emprender o, más bien, continuar, su vuelo místico. Al entrar a la casa de Roberto escuchamos la bulla de las/os amigas/os, el ir y venir de gente, las conversaciones de esta gran comunidad que somos gracias a Roberto. Me dije: “Este Roberto sigue ahí, tanta bulla, esa calma, esa energía y calor que despedía la casa de Roberto éramos todas/os juntas/os”. Al entrar visitamos a Roberto, con la foto que le puse al lado suyo (la que está acá abajo) y con esa impresión de contemplarlo en su levísimo respirar. Una vez conjeturamos por qué lo veíamos así y quise explicarme que era porque somos nosotros los que respiramos y nuestras miradas se mueven a ese ritmo y crean esta ilusión óptica. En realidad es que Roberto ya habita dentro de nosotras/os mismas/os y es tan cierto que lo sentimos respirar.
Hoy pasaré a visitar a Roberto y a la familia en unas horas más.
Si desean enviar mensajes a la familia o dejar comentarios en el blog de Roberto, pueden hacerlo utilizando el cuadro de comentarios acá abajo. Yo me ocuparé de hacer llegar estos comentarios y mensajes a Yoly, Flor y Daniel.
Gracias
Serias tan amable de corroborar si habra servicio funebre para Roberto mañana en la noche?
ResponderBorrarSu espiritu de luchador de siempre y su recuerdo estan conmigo. Que hermosas hilvanaciones haces sobre la vida de Roberto y sobre el ahora, es decir su paso al mundo espiritual.
A veces no es facil dar las condolencias. Admiro muchisimo la fuerza de Yoly.
Saludos
Egla J. Martinez