Buenos días a todas y todos,
La aguja pequeña del reloj silenciosamente ha llegado a marcar las 3 de la mañana de un nuevo día. Un nuevo día que inicia con los rigores de los efectos de la quimioterapia, el cansancio, así como el dolor de huesos han aumentado. Gracias a Dios no he sentido las náuseas de las primeras dosis del tratamiento que me están dando. He estado pensando en cada uno de ustedes, mis pensamientos y oraciones al ser supremo porque todos estén sin novedad.
Hoy no voy contarles una de las anécdotas de mi vida, sino quiero compartirles la gran emoción que me causó la cena comunitaria del sábado pasado. En primer lugar les comento que cuando nos reunimos con l@s voluntari@s para planificar la actividad, les comenté a los que participaron en la reunión en la posibilidad de perderme el acto del 6 de noviembre, les dije que iba a leer alguno de mis poemas vía skype, contemplamos la posibilidad de llevar una computadora con un modem portátil para que pudiéramos conectar y enviar el mensaje y la lectura de la poesía desde la casa. Todo esto era lo planificado. En el transcurso de los días previos al evento las cosas se veían preocupantes y que iban a pasar como lo había pensado. La semana previa al evento no tuve tratamiento de quimioterapia, el cuerpo se iba recuperando, el daño del hígado se iba reduciendo, el cuerpo iba ganando un tanto de energía y el estado anímico iba subiendo debido a la alegría de recibir en casa al hermano y amigo Leocadio Juracán representante del Comité Campesino del Altiplano (CCDA) poco a poco me iban aumentando la emoción. Al estar ya en casa Leocadio maduré más la idea de ir al evento y participar directamente. Llegamos con la familia y Leocadio a la iglesia donde se iba a desarrollar la actividad en el momento cuando estaban sirviendo la comida, justamente unos minutos antes del inicio del acto cultural. El salón estaba casi lleno pues algunas personas seguían entrando. A la carrera pude ver los artículos que iban a vender en la subasta silenciosa. Nos habían asignado una mesa al frente del escenario. Casi todas las mesas ya estaban ocupadas. Ya se pueden imaginar la emoción que me causó el hecho de ver a todos y todas los voluntario/as haciendo el trabajo. Vaya que organización y devoción que ponían para que el evento tuviera éxito. Los coordinadores y coordinadoras así como l@s voluntari@s hacían el trabajo con la alegría reflejada en el rostro que inmediatamente me contagiaron. Hubiese querido tener buena salud para involucrarme en el trabajo, tal como lo hacía en los eventos previos, pero tuve que resignarme a saludar a la
Luisita Casselman & Leocadio Juracán |
audiencia y presenciar el acto únicamente como parte del público. Todo este marco me vino a revitalizar, me vino a dar más energía para seguir adelante. Gracias al esfuerzo de la coordinadora Janet, a las diferentes personas que conformaron los equipos de trabajo, el fondo de Justicia Social de PSAC y su gran apoyo, el trabajo de la responsable de las finanzas, las maestras de ceremonias, los artistas, los encargados de la preparación de los alimentos, así como los que se encargaron de la subasta silenciosa, los encargados de las rifas, los donantes de artículos para la subasta, los encargados del sistema de sonido, así como la coordinación y preparación del programa y la distribución de los artistas. No nombro a personas en este mensaje, pues, casi siempre se olvidan algunos nombres y el objetivo de escribirles este mensaje es para reconocer a tod@s lo que permitieron el éxito de esta actividad.
Camila cantando para Roberto |
En conclusión los resultados de la cena comunitaria del 2010 fueron fantásticos, entre los que se destacan. Una ganancia económica después de deducción de gastos de aproximadamente $7,000 que unidos a los donativos individuales dan el total de $8,000 el total que se necesitan para la construcción de 4 casas. En lo educativo se destaca el hecho de que Leocadio con su amplia experiencia en el campo explicó la situación de los trabajadores del campo, y de cómo el apoyo y la solidaridad que se ha establecido entre canadienses y guatemaltecos, además de otros grupos de otros países, el CCDA ha permitido el acceso a 25 fincas para ir sumando el beneficio para más familias, y no solo esto sino también la capacidad que han tenido de ser participes de su propio desarrollo y del cómo se han buscado los mecanismos de ver las mejoras, no solo para los socios de la organización, sino también para pequeños productores o a los que no tienen tierra para producir. En el plano de la seguridad tanto para Leocadio y su familia, sino también para los otros miembros de la organización que requieran seguridad en el momento que se necesite. Todo esto según destacaba Leocadio se ha logrado gracias al apoyo y la solidaridad del Proyecto de Educación En Acción y Café Justicia, además del apoyo de mucha gente que ha conocido de la CCDA gracias al café que les ha abierto el espacio que han ganado.
Al concluir quiero destacar la participación de artistas latinoamericanos y canadienses que donan su arte y paciencia para lograr lo que hemos destacado anteriormente, así mismo la presencia y trabajo de estudiantes de español del Ministerio de Salud, de miembros de PSAC, World Accord, miembros de otros sindicatos como CUPE, NUPGE, CLC que han estado involucrados en el proyecto y han ayudado de una u otra manera al proceso. El toque especial la participación de guatemaltecos, una salvadoreña y su esposo contribuyendo no solo en la preparación de los alimentos, la obtención del postre por parte de una voluntaria canadiense, y el hecho de que los encargados de la preparación de la comida hasta donar parte de los ingredientes para que la ganancia sea mayor y se pueda ayudar tal como lo que se pretende.
Gracias a Dios se cumplió otra misión. El trabajo de equipo y la entrega de cada uno de los voluntarios nos permite ver que juntos podemos soñar por la búsqueda de un mundo mejor y más justo.
Abrazos,
Roberto
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